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Para ser precisos, es la infidelidad de la esposa. En los viejos días, llamar a un hombre cornudo daría lugar a peleas, pleitos, divorcios y un largo etc. Ser cornudo es considerado lo peor en el honor de un hombre. Simplemente no quieres que esto te suceda. Algunos de ellos incluso han llevado a un nivel superior al convertirlo en un estilo de vida. Una persona que recibe placer de ver o experimentar estas cosas se puede decir que tiene un fetiche sexual. Tener fetiche cuernos, es ver a tu esposa tener relaciones sexuales con otro hombre. Hace que te preguntes qué tipo de placer puede encontrar un hombre en algo que generalmente inspira celos, angustia, y, en algunos casos, la rabia asesina. Cuckolding implica al menos tres personas.

Es un hombre inteligente que desprende pasión en cada palabra que pronuncia, con una mente creativa y un tanto caótica. Podría haber estado horas y horas conversando con él, os lo aseguro. Cualquier opinión es bienvenida, siempre que se haga desde el respeto. Y, dicho esto, disfrutad de la entrevista. Hay quien prefiere el término anglosajón de cuckold y he descubierto otra expresión que me resulta especialmente curiosa: marido consentidor. Pero en el término liberal, cornudo es el que participa de la infidelidad -entre comillas- de su mujer.

En principio, no es problema en absoluto. Todo esto con la facilidad y accesibilidad que permite la pantalla. Donde agua hubo, suspiros quedan Anónimo Una cita anónima a libre interpretación.